martes, 22 de mayo de 2007

PRIMERA EDICIÓN

Artículo Nº1
GUERRA FRIA
Marzo de 1945 -cuando aún faltaban dos meses para que finalizara la guerra en Europa- el Presidente de Estados Unidos proclama el acuerdo de la conferencia de Yalta, la que suponía ser la prueba de la fuerza, de la unidad y de poder de los Tres Grandes – EE.UU, Unión Soviética y Gran Bretaña-. Yalta se establece como el fin de la política unilateral de las alianzas restrictivas dando paso a un organismo universal, al cual todos los estados pacíficos con el tiempo podían ingresar.

Sin embargo este intento por reforzar la paz entre el bloque vencedor, comienza su desmembramiento en agosto de 1945, con el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki
[1]; que concede una superioridad estadounidense en el marco militar, es a partir de este hecho, que se hace evidente el distanciamiento entre EE.UU y la URSS, puesto que el secreto de la bomba atómica conlleva al desequilibrio de poder, concentrándolo a favor de una sola nación, impidiendo el optimo transitar del modelo de cooperación universal que proclamaban los mismos norteamericanos. Esta instancia marca la rivalidad nuclear –acentuada a partir de 1949- entre estos dos grandes bloques que dividirán el mundo, no obstante, este conflicto no debe entenderse únicamente, como la falta de acuerdo entre el bloque triunfador o como producto exclusivo de la II Guerra[2], si no más bien constituirá una pugna entre dos sistemas caracterizados por EE.UU. por un bando y URSS por otro.

Esta separación comienza a ser latente en 1947 cuando el Presidente de Estados Unidos anuncia la doctrina de Truman, que consiste en dar apoyo a los pueblos libres que se resisten a la fuerza impuesta por las minorías armadas, idea que motivó a Jdanov -ideólogo soviético- a denunciar que dicha doctrina escondía una guerra imperialista en contra del socialismo. EE.UU. agudiza, una era de políticas, tanto externas como internas, de claro enfrentamiento hacia el socialismo y comunismo; condicionando todo tipo de ayudas, tratos, negocios y políticas.

El tratado de Yalta, había dejado numerosos puntos sin aclarar, uno de ellos, el destino de Berlín capital de Alemania. El proceso de separación de las dos grandes potencias –EE.UU. y URSS- y debido a la escasa claridad de estos puntos, genera que para el 1948 Alemania se encuentre dividida en dos bloques, uno ocupado por EE.UU. e Inglaterra y el otro, donde se encontraba Berlín, por URSS, siendo este hecho una de las demostraciones más evidentes, a escala mundial, de la división total entre EE.UU. y la URSS, y el asentamiento de un sistema bipolar internacional.

Postdam
[3] y la reunión de Moscú en 1947 marcan la transición de Estados Unidos y la Unión Soviética, donde pasaron de la cooperación a la división total. Una vez finalizada la guerra se denuncia abiertamente el cerco capitalista que había proliferado EE.UU, el cual conducía a un aislamiento de la Unión Soviética para debilitarla y hacerla desaparecer, todo esto se consideraba como consecuencia del carácter agresivo que impone el capitalismo monopolista de occidente, que jamás daría paso a la existencia de un bloque de países comunistas.

En búsqueda de alternativas que se dirijan a contrarrestar el ataque estadounidense, en 1947 bajo la tutela de Moscú se crea el Kominform o COMINFORM, la Oficina de Información, para fortalecer la unidad ideológica y denunciar la creciente agresividad del mundo capitalista, que dio origen a la creación de un mercado económico socialista (COMECON) y de una alianza militar que se configura con el Pacto de Varsovia en 1955 – que en realidad se constituye como respuesta a la OTAN-.

Si bien es cierto que el conflicto entre EE.UU. y la URSS, estaba marcado por la evidencia político-militar armamentista, en esta pugna también se establece la lucha por la supremacía y expansión de los distintos sistemas económicos de cada bando. Por un lado, EE.UU. promoviendo el liberalismo y el capitalismo, pretendiendo su globalización y por el otro la URSS que defiende el sistema proteccionista del Estado, en materias de regulación e intervención económica.

Raymond Aron, describe este período como una “paz belicosa”, a pesar de no propiciar enfrentamientos dotados de armas hasta 1991 cuando finaliza con el desmembramiento de URSS. Los constantes intereses que tenían ambos bloques hicieron predominar una política de confrontación, poniendo fin al proceso que suponía la organización definitiva de la paz conciliadora dando inicio a un período que se inaugura con la Guerra Fría, esta etapa estuvo plasmada de constantes amenazas, puesto que ambos bloques constaban con arsenal atómico. Este enfrentamiento –no armamentista- llevará a la reconvención de la industria bélica, que en la actualidad es una de las áreas industriales más rentables para las economías, sobre todo, para la norteamericana.

Los estadounidenses no confiaban en un régimen totalitario que por esencia era enemigo del capitalismo, y denunciaron a Stanlin de querer obtener más de lo acordado, cuando rompe parte del pacto que establece la cautela sobre ciertos territorios
[4], absorbiendo a Checoslovaquia hacia el comunismo en 1948. Es en este año donde se instauran las bases para una Alemania occidental soberana, sin embargo, esta se encontraba divida; situación que iniciaría constantes choques. EE.UU. pondrá expresa atención en los avances territoriales de la URSS, puesto que, una de las principales barreras que encuentra el capitalismo -promovido principalmente por EE.UU- para su difusión, desde la perspectiva geográfica, sería la expansión territorial, ya que, impone el sistema comunista y socialista a las naciones que la componen (creciendo la URSS crece el comunismo y viceversa).

NUEVO ORDEN MUNDIAL
En la Conferencia de Bretton Woods (Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas), New Hampshire, Estados Unidos 1944, acudieron representantes de 44 países, la que tenía por objetivo la estabilidad de las unidades monetarias y del crédito, para conseguir un nuevo orden económico una vez que finalizara la II Guerra Mundial, surgiendo de esta, el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya misión es reducir el desequilibrio en la balanza de pago de los países miembros, y el Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (Banco Mundial), con el objetivo de proporcionar créditos a corto y largo plazo a escala mundial, financiando proyectos en los países en vías de desarrollo, mediante créditos que proporcionarán una ayuda técnica. Surgiendo un nuevo sistema monetario internacional que tenía que lograr la estabilidad de los tipos de cambio entre las distintas monedas. Este sistema logró la estabilidad monetaria hasta que se derrumbó bajo las presiones especulativas que siguieron a las crisis de los precios del petróleo de 1973.

Richard Nixon, decreta “unilateralmente” la inconvertibilidad del dólar. Las condiciones positivas de la economía de EEUU y el dólar usado como moneda de reserva e intercambio internacionales, permiten que se convirtiera en el patrón de facto, reemplazando al oro. Desde entonces el dólar estadounidense se transforma en la divisa fiduciaria internacional que sólo EEUU produce. Claramente esta ventaja permite que la economía estadounidense se posesione como privilegiada, concediéndole la posibilidad de imprimir dólares sin restricción, para pagar importaciones, soslayar problemas financieros, acrecentar el proceso de acumulación; cuando, el resto del mundo exporta productos para conseguir los necesarios para pagar sus deudas externas, acumular reservas que respalden el valor de sus monedas nacionales y las defiendan de ataques especulativos –todos en dólares-. Este patrón dólar oro sufre un quiebre en los años setenta por las especulaciones, siendo en 1973 la última vez que se ancla esta moneda en oro, provocando que el dinero busque reproducirse solo en dinero (dinero por dinero).

Los países que por sus exportaciones recibían más dólares que los necesarios para cubrir tales necesidades, compran acciones, bonos y bienes raíces -en EEUU-, provocando una demanda mundial de dólares que va fortaleciendo la moneda estadounidense, permitiendo hegemonía económica y sustentando su privilegio de ser el único país que “eluda” la debilidad estructural de su economía y del sistema, mediante el subsidio mundial que logra con este privilegiado mecanismo. Las materias primas estratégicas, especialmente el petróleo, se comercializan en dólares, lo que facilitó la hegemonía de esta moneda.

Claramente, el factor de cambio anclado en el dólar oro, le permite a la economía estadounidense una ventaja única, lo que da paso a un acrecentamiento de capital. En 1946, los grandes financistas de Norteamérica poseen un superávit de 17 mil millones de dólares, punto de arranque del Plan Marshall, que tiene por objetivo dirigir dicho capital hacia Europa materializado en préstamos –y sobre todo evitar la expansión de ideas comunistas en el continente-, para ir en ayuda de los países que habían sido afectados por la guerra, los que debían ser invertidos en compras de productos estadounidenses, según lo establecido por el acuerdo de los firmantes, “monopolizando” la inversión, flujo y ganancia del capital. Se repartieron trece mil millones de dólares del superávit a 16 países no comunistas. El debilitamiento europeo, fue una de las dos grandes preocupaciones de EE.UU., (puesto que no le convenía a la masificación del capitalismo, basado en el consumo), a través del plan Marshall este país no sólo pretendió la revitalización de la economía europea –y el consumo-, sino que también al debilitamiento y desaparición del comunismo. La otra preocupación estadounidense, provenía de la expansión de la Unión Soviética en Europa occidental; Italia poseía un partido comunista fuerte y vigoroso, Francia –aunque en menor medida- también; la preocupación central era que Europa no cayera bajo una dominación soviética, por lo que en 1947 Truman decide enviar ayuda, la que fue coordinada por el General George Marshall.

Los propósitos para elaborar y ejecutar políticas internacionales como el plan Marshall, se centraban, primero, a que la insipiente economía estadounidense no se estancara y segundo, impedir que por baja demanda disminuyera el nivel de la actividad industrial y laboral. Debido a que la demanda y el consumo se erigen como elementos fundamentales para la subsistencia del capitalismo, la industria y el empleo, se constituyen como el motor de la actividad económica capitalista promovida por EE.UU.

Sin duda todas las políticas de ajuste comercial reafirmaban la potestad de EE.UU, quien tenía plena facultad para administrar cuanto y como se producía amparados en el GATT, sometiendo a su disposición a la economía Europea, ya que la renta producida por esta debía estar orientada al pago de la deuda convenida. El GATT
[5], compuesto por 23 países no comunistas, logra la creación de un foro internacional dedicado al aumento del comercio multilateral y a la resolución de conflictos internacionales, los miembros del GATT buscan minimizar las barreras comerciales, tanto las nuevas como las ya existentes, incluyendo la reducción de los aranceles a la importación, así como los contingentes de importación, aboliendo los acuerdos comerciales preponderantes entre los países miembros. Las concesiones arancelarias se negociaban bajo el principio de reciprocidad. Una de las características fundamentales del GATT es el principio de no discriminación comercial entre los países miembros; los países adheridos acordaron una política de nación más “igualitaria” y beneficiosa entre todos los miembros. Todos los aranceles, reducidos o no, se incluían en esta política. Los miembros del GATT persiguen, en teoría, la abolición de todas las barreras proteccionistas no arancelarias.

Lentamente al acuerdo, se van integrando más países que van acaparando al comercio mundial, que constituye, además, la paulatina extensión del capitalismo y globalización política, social y económica, que será acentuada al término de la guerra fría. El mundo de posguerra se caracterizó por la aparición de innumerables organizaciones internacionales, de mayor o menor alcance regional y variados fines
[6], pero todas tendiendo a asociar esfuerzos para adecuarse y acompañar un tiempo marcado por una acelerada internacionalización de la vida y de la economía. Dentro de este contexto, la internacionalización generó que muy rápidamente el mundo de posguerra ingresara a una era de “bienestar” basado en el crecimiento económico de la industria de bienes de consumo. A este “bienestar” sólo podían acceder países que estuvieran fuera del sistema proteccionista socialista promovido por los comunistas, los países debían pues, cambiar sus ideologías y sistemas de vida, para ser imbuidos de la “bonanza” económica que podía proporcionar el capitalismo liberal, lo que va permitiendo que en este nuevo orden económico mundial, EE.UU juegue un papel protagónico, posesionándolos como la principal potencia militar, industrial y financiera del globo.

En 1945 las fronteras que se dividían del mundo capitalista se ampliaron considerablemente, en Europa pasan a comprender toda la zona del este, aproximadamente, desde el río Elba en Alemania hasta el Adriático, incluyendo toda la península valcanica menos Grecia y una pequeña parte de Turquía. Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia, Rumania, Bulgaria y Albania, pasaron a la zona socialista, así como también la parte de Alemania ocupada por el ejército rojo. La mayoría de los territorios perdidos por Rusia debido a la guerra y la revolución (1917) y un par de territorios adquiridos por la Unión Soviética que habían pertenecido al Imperio Austrohúngaro. También se produjo una considerable ampliación de la zona socialista en el extremo oriente de Europa, con la llegada de al poder de regímenes comunistas a China (1949). Esta era la parte considerada por la terminología soviética como países del “socialismo real” un término que sugería la posibilidad de otras clases distintas y mejores, pero que en la práctica ésta sería la única que podía funcionar
[7].

El mundo socialista, en la mayor parte de su existencia, formó un sub-universo autónomo y en gran medida autosuficiente política y económicamente. Sus relaciones económicas con países capitalistas o dominados por éste, fueron sumamente escasas.

Los Estados comunistas que nacieron después de la guerra, impuestos o no, basados en un régimen centralizado que se contraponía firmemente al occidente capitalista, en un principio obtuvieron un claro apoyo popular. Estos estados se fueron constituyendo políticamente en un bloque liderado por la URSS, el éxito de los nuevos regímenes fue evidente, países como Bulgaria y Yugoslavia avanzaban más de prisa que incluso antes de la guerra. A pesar de esto, y sobre todo en las zonas ocupadas por el ejército rojo, existía reticencia hacia el régimen socialista. Yugoslavia sorprende cuando en 1948 lleva una resistencia a las autoridades soviéticas provocando una ruptura abierta, sin embargo, esto no afectó al resto del movimiento. Muchos países autóctonos o “artificialmente” socialistas, acentuado tras la muerte de Stalin en 1953, generaran un desmoronamiento político del bloque soviético. Es importante acotar, que las políticas centralizadas de la URSS, no se encuentran divididas de las políticas económicas ejercidas por el bloque. Muchos países pertenecientes al movimiento, reticentes a la centralización ejercida por el sistema político económico soviético, generaran ciertas “revoluciones” que harán temblar la unión del bloque, es así como Hungría no sólo anuncia el fin del monopartidismo sino también pretende –con la retirada del pacto de Varsovia- su neutralidad; este hecho no fue permitido por los soviéticos, aniquilando esta revolución.

Claramente, va surgiendo un descontento en las naciones que componen el bloque, por una parte buscan una neutralidad y especie descentralización que les permita interactuar con países occidentales y por otra parte, los gobiernos ven imposibilitada la posibilidad de otorgar concesiones a sus pueblos, que demostraban abierto desánimo hacia el comunismo.

Las presiones a favor de la reforma de la economía y la introducción, en cierta medida, de la racionalización y flexibilidad en la planificación soviética, se hicieron cada vez más complejos de resistir en los años sesenta. Estas demandas tomaron fuerza en todo el bloque comunista, la descentralización económica pasó a ser en sí potencialmente explosiva, al combinarse con una liberalización intelectual.

La política económica de la URSS, es altamente centralizada y poco flexible, se edifica como un sistema sólido en donde el Estado regula (desde y hacia el centro) todos los movimientos, la producción, los salarios y la planificación. La circulación monetaria se erige como un movimiento de dinero desde un centro -Banco Estado- hacia los distritos, empresas y organizaciones del país y a la inversa; lo que permite al Banco de emisión establecer una regulación sobre la circulación monetaria. En los estados socialistas impera un monopolio estatal de divisas, es éste el único con derecho exclusivo para efectuar todas las operaciones con monedas extranjeras y otros valores equivalentes, concentrando todas las reservas monetarias, como consecuencia los sistemas monetarios de los países socialistas no dependen del mercado capitalista ni están sujetos a las tendencias fluctuantes de inherentes a este sistema. Este sistema monetario, permitió a los países comunistas hacer sólidas y firmes sus monedas. Mientras que la estabilidad de la moneda soviética se garantiza con las reservas de oro como por las mercancías en manos del Estado.

Moscú ya se había resquebrajado con la crisis de 1956, cuando corrió la voz de que el monolito soviético se había quebrado, sin embargo el bloque permaneció unido por veinte años más, aunque bajo presión militar. A partir de esta época, las urgencias por un cambio parecían urgentes, incluso muchas de estas voces aparecían desde los mismos dirigentes, mientras las economías occidentales prosperaban y se reafirmaban considerablemente acentuando más la diferencia entre ambos sistemas, siendo visible en Alemania donde los dos coexistían. Por otro lado, la insipiente estabilidad y crecimiento que había tenido –incluso sobre las economías occidentales- durante la segunda mitad de los años cincuenta, se había estancado y deteriorado. Los altos índices comenzaban a bajar.

Los defectos del sistema soviético se hicieron ver, justo en plena pugna con las economías capitalistas occidentales; la economía no tenía la flexibilidad del mercado libre, si un producto se volvía escaso, era casi imposible aumentar la producción para suplir la carencia; los planes económicos gubernamentales regulaban la producción en base a las necesidades generadas por el país y no sobre la demanda – si las necesidades cambiaban, el cambio sobre la planificación y regulación de la producción se producía una vez evidenciado el golpe de la carencia, esto, retrasaba las respuestas del Estado frente a las posibles carencia y vicisitudes posibles- lo que generaba un déficit de productos o excedentes, todos los ámbitos del régimen soviético eran propiedad del estado y era regulado desde el aparato gubernamental.

Estos dos antagónicos sistemas, conformaron en esta época de post guerra y guerra fría el nuevo orden mundial, la pugna por la expansión y fortalecimiento para la hegemonía económica, generó el surgimiento de diversas instituciones que pretendían justificar a cada sistema. La economía soviética, donde la centralización y la regulación estatal de los recursos y productos, y el “escondido” bloqueo establecido por los estadounidenses a países simpatizantes o incluidos en el comunismo, va mermando los ánimos incluso de los mismos dirigentes, la polarización de la economía se transforma en una competencia medida por la estabilidad y crecimiento alcanzado por las diversas naciones que se acogen a ellas, en donde el soviético va siendo deteriorado, por el prominente bienestar alcanzado por el libre mercado.

CONCLUSIONES
La post guerra configuró un nuevo orden mundial, en donde la bipolaridad de la supremacía internacional estuvo sujeta al enfrentamiento –“no bélico”- de las dos potencias predominantes de la época –EE.UU. y URSS- en donde la articulación de las políticas internacionales estaban supeditadas a la pugna entre los sistemas promovidos por ambas potencias. Estados Unidos, va articulando políticas y “redes” internacionales con el propósito de la exclusión y disolución del proteccionismo socialista y comunista promovido por la URSS. Esta pugna, caracterizada por la Guerra Fría, provocará una incipiente industria –la armamentista- en donde la carrera por el poder estará evidenciado por la adquisición de armamento que pretendía la intimidación de cada bando, para así expandir la hegemonía de sus respectivos sistemas, además esta industria –la armamentista- se configurará en una de las más potentes y rentables -con mucha fuerza en la actualidad- el negocio de la guerra.

Cada potencia pretende la expansión y globalización de sus respectivos sistemas, generando instituciones y políticas internacionales que avalen y solidifique dicha expansión. Una de las “estrategias” utilizadas –con potenciales beneficios para ambos bloques-, será la de apoyo a la descolonización que pretenderá el bienestar económico de las nuevas naciones, pero que en resumen, se traduce en una nueva forma –más despiadada- de dominación capitalista.

La crisis del ’29 y el deterioro de las naciones imperialistas tras la guerra, acentuarán los espíritus nacionalistas. La crisis remecerá y desestabilizará fuertemente a los países dependientes generando un sentimiento antiimperialista y anticolonialista. Además, el visible deterioro de las naciones imperialistas tras la segunda guerra, que hace evidente el debilitamiento de éstas. Todos estos factores, los ánimos antiimperialistas, los movimientos nacionalistas, la visible debilidad de las potencias; convergerán en una sucesión de guerras de liberación nacional, que significaran el retroceso y posterior desocupación de las naciones imperialistas, dejando “libres” a sus respectivas colonias. La composición de estas nuevas naciones vendrán a cambiar el orden económico, generando nuevos mercados y nuevas divisas, que se traducirán en una nueva forma de colonialismo –el neocolonialismo- generando una nueva diferenciación entre las naciones que componen el globo. Será así como el Tercer Mundo, se conformará mayoritariamente por los países descolonizados, en donde los beneficios para los países potencia se acrecientan a montón, ya no deben “mantener” el funcionamiento político y económico de las naciones, pero aún así pueden seguir lucrando de ellos.

Todo este nuevo orden y la articulación de las potencias, van generando la internacionalización y globalización del capitalismo, el régimen soviético va a perder fuerza, las redes esparcidas por EE.UU. mediadas por políticas de exclusión a los países simpatizantes del comunismo y a los que lo componían, cerrándoles el mercado y alejándolos de la bullada bonanza que era característica del sistema en la época. Se va articulando y solidificando la diferenciación y la desigualdad entre países del Centro y la periferia, se asientan firmemente las bases para una explotación sin precedentes y “legalizada” por parte de los nuevos actores, las transnacionales, las que aparecen fuertemente para apropiarse de recursos naturales de países poco industrializados.

Todos los procesos que convergen en este período, son acontecimientos que revisten de gran actualidad, la globalización del sistema capitalista sienta las bases y redes que mediarán el mundo actual.


BIBLIOGRAFÍA
- Enciclopedia virtual Encarta 2007
- “Historia del siglo XX”, E.J. Hobsbawn, editorial Crítica.
-
http://www.eumed.net/cursecon/dic/bzm/index.htm, Diccionario de Economía política.
-
http://www.portalplanetasedna.com.ar/post_guerra.htm

[1] 6 y 9 de Agosto de 1945.
[2] La aparición gradual de Rusia, convertida posteriormente en Unión Soviética, y de Estados Unidos como potencias mundiales, acentuado con la decreciente estabilidad europea, es evidente incluso a fines del s. XIX y a comienzos del s. XX:
[3] Julio de 1945
[4] Checoslovaquia, Alemania, Grecia y Turquía.
[5] Acuerdo general sobre aranceles y comercio; en inglés General agreement on tarifs and trade GATT
[6] Como la ONU, Organización de Naciones Unidas.
[7] E.J. Hobsbawm, Historia del siglo XX, Editorial Crítica, pág. 373.
Artículo Nº2
LOS NO SOMETIDOS

El interés por escribir sobre los promaucaes nace de la escaces de información que existe sobre este segmento indígena, y su importancia en la resistencia ante el imperio Inca y posteriormente ante los Españoles. Lo primero que haremos es analizar el origen de la palabra “Promaucae”.Rodolfo Lenz, en su diccionario etimológico de voces Chilenas, nos dice que promaucaes correspondía a la “denominación dada por los incas a aquellas tribus vecinas mapuches que no obedecían a su gobierno, como lo dice claramente el significado propio de la palabra enemigos rebeldes”. Los Incas llamaron pururnaucas a los indígenas que contuvieron su paso,
más allá del Valle Central.
Gerónimo de Vivar indica que la palabra era pomaucaes, que significaba "lobos monteses", este significado es difícil de creer ya que en Chile y Perú no existen Lobos. La traducción que más se puede acercar a un significado real es de "los no sometidos enemigos". Si desglosamos la palabra, encontramos que "puruma" significa salvaje y "auca" rebelde o enemigo. Los Españoles distorsionaron la pronunciación y la escritura del término. Por ejemplo en una de las cartas de Valdivia a Gonzalo Pizarro, encontramos el siguiente texto:
“Por el mes de septiembre del año de 1543 llegó el navío de Lucas Martínez Vegaso al puerto de Valparaíso desta ciudad, y el capitán Alonso de Monroy con la gente por tierra, mediado el mes de diciembre adelante, y desde entonces los indios no osaron venir más, ni llegaron cuatro leguas en torno desta ciudad, y se recogieron todos a la provincia de los Promaocaes, y cada día me enviaban mensajeros diciendo que fuese a pelear con ellos y llevase los cristianos que
habían venido, porque querían ver si eran valientes como nosotros, y que, si eran, que nos servirían, y si no, que harían como en lo pasado; yo les respondí que sí haría.“
Algunas formas que los hispanos escribieron esta palabra fueron: pormocaes, promocaes, poromabcaes, promaocaes, poromaucaes, paramocaes. Ercilla, escribe promaucaes, de aquí se conserva la palabra que actualmente se utiliza.
Existía una línea fronteriza entre los incas y los aucas chilenos, estaba establecida por el río Maipo. Debido a que el imperio no se arriesgaría a trasladar colonias, construir puentes, caminos, levantar pueblos en las cercanías de la Angostura de Paine y centros mineros, sabiendo que este sistema podría ser destruido por una contraofensiva Promaucae. Este segmento indígena no permitió ser sometido ante el imperio Inca, fueron, junto a los Mapuche los que más guerra le dieron, ante su intento de dominio. Debido a su accionar ganaron el nombre de "los no sometidos enemigos". Con respecto a esta línea fronteriza también nos referiremos, al fragmento de la carta de Pedro de Valdivia que se muestra en el párrafo anterior, podríamos deducir, que la provincia de los Promaucaes, era un sector de refugio y protección, para alejarse de los Españoles, ya que por ese territorio los Incas no fueron capaces de establecer su dominio. Era un sector seguro para los indígenas del valle central. Por lo tanto queda claro que los Promaucaes mantuvieron una frontera con el río Maipo, tanto para los Incas como para los Españoles. Vivar en su crónica nos entrega información respecto, a los fuertes que poseían los promaucaes en su territorio, y lo decididos que estaban para luchar contra los Españoles.
“Sabido por los indios de la provincia de los Pormocaes que eran venidos del Pirú más españoles, se tornaron alzar de nuevo. Para poner sus personas, mugeres, e hijos a buen recaudo, se fueron a unos fuertes que tenían hechos en medio de la provincia, y enviaron a decir al general que no querían servir, y que fuese allá con los cristianos que le habían venido del Pirú, y
que pelearían con ellos”.
Cuando Pedro de Valdivia llega al valle central, la estructura material que sostuvo la frontera incaica se encontraba en completo abandono. El cronista Vivar nos informa que estas estructuras estaban en ruinas, al parecer, estaban en este estado desde antes de la llegada de Almagro. Diego de Almagro obtuvo informes respecto de las tierras que lo esperaban en el valle Central. Al sur del Mapocho, a partir de la comarca Picona, sólo existían quince a veinte pueblos cada uno tenía diez casas de gente muy pobre. No se hace mención a guarniciones, colonos, e instalaciones incásicas de antes. Almagro envió un emisario, Pedro Gómez de Alvarado, solo encontró pequeños caseríos, muy pobres así como sus habitantes.
Después de la muerte de Huama Capac, la expansión Inca hacia Chile se detuvo. Antes que el reinado de Huáscar se llevara a cabo, la frontera en el valle central comenzaba a desaparecer. Previo a estos episodios, la geografía política de Chile Central, que se encontraba bajo el incanato mostraba tres jurisdicciones o demarcaciones.
La primera se ubicaba en el valle de Chile, el que se encontraba encabezado por Quilacanta, el más alto personero cuzqueño residente en el centro del país. Lo cual nos indica que en el Aconcagua existía una distribución regional de poder y además que Quilicanta al parecer era quechua.
La segunda estaba en el Mapocho y sus alrededores, en un principio no contaba con rango político como en el Aconcagua. Ya en el 1536 se utilizo como asiento del incanado, produciendo un conflicto con las autoridades del Aconcagua. Antes que naciera este conflicto era un centro de mitimai y funcionarios estatales.
La tercera comenzaba al sur del Mapocho hasta la ribera meridional del Maipo. Alrededor de este río se existían algunos emplazamientos defensivos, poblados y centros mineros, donde actualmente se encuentra San José de Maipo. Esta franja constituía el área de seguridad en el borde ulterior del Collasuyo. Marcaba la separación entre el Chile que pertenecía al imperio Inca y las comunidades que luchaban contra el incanato.
Después de 1536, comienza a surgir en Chile Central una hostilidad hacia los nativos peruanos afincados en suelo Central Chileno. Quilacanta con su gente se ven obligados a salir del valle del Aconcagua. Uno de los caudillos locales que llevaba esta ofensiva era Michimalongo, quien era un antiguo curaca del valle central. Era una abierta insubordinación contra la autoridad tradicional del inca.
Gerónimo de Vivar nos cuenta que cuando llega Pedro de Valdivia al valle Central, se libraba una guerra entre los jerarcas de Aconcagua y Mapocho. Los Incas y sus aliados locales se encontraban agrupados en el valle del Mapocho, donde se defendían del ataque de los Aconcaguas. Habían perdido el magnífico Valle de Chile y el tradicional cordón defensivo que los protegía de los aucas del sur. Quilicanta y su gente eran los últimos representantes del imperio inca en Chile Central, pero no se ve una clara pertenencia y lealtad hacia el imperio. Por otra parte los aucas de la orilla austral del Maipo, estaban listos para asediar los últimos reductos incas del Mapocho.
Podría pensarse que este fuera el motivo que tuvo Ouilicanta para hacer una alianza con Valdivia. Mas tarde se vuelve contra él, debido a los abusos cometidos por los españoles hacia la gente de Quilicanta como los otros indígenas, lo que llevo a que las comunidades étnicas del valle central se unieran para luchar contra los españoles y expulsarlos de sus territorios. Quilicanta por traicionar a Valdivia solo obtuvo que Inés Suárez, le cortara la cabeza en el ataque del fuerte de Santiago en 1541. Con su muerte sale de escena uno de los últimos caudillos del cuzco en la parte del extremo sur del Collasuyo. Quilicanta poseía un respetable prestigio y linaje de noble cuzqueño. Debido a esto poseía una lealtad de 11 caciques mapochinos. También poseía una fuerza armada propia. Parte de esta fuerza fue ofrecida a Michimalonko para enfrentarse a Valdivia.
El territorio promaucae abarcaba desde la Angostura de Paine (33º 56' S.) y el río Maule (36º 10' S.), aproximadamente. Este río marcaba una separación entre promaucaes y maules, como llamaban los
españoles a los indígenas que se ubicaban en las orillas del río Maule. Los aborígenes que se ubicaban entre el Maule y el Itata, conocidos como maules, cauquenes y con otros nombres locales eran, menos feroces que los promaucaes.
Gerónimo de Vivar nos dice lo siguiente respecto al territorio de los pronaucaes y alguna de sus costumbres:
“Esta provincia de los Pormocaes, que comienza de siete leguas de la ciudad de Santiago, que es una angostura y así le llaman los españoles estos cerros que hacen una angostura. Aquí llegaron los Incas cuando vinieron a conquistar esta tierra, y de aquí adelante no pasaron”.
“De aquí hasta el río de Maule, que son veinte y tres leguas, es la provincia de los Pormocaes. Es tierra de muy lindos valles. Los indios son de la lengua y traje de los de Mapocho. Adoran al sol y a las nieves porque les da agua para regar sus sementeras, aunque no son muy grandes labradores.”
En la provincia Centro Sur de los promaucae se encontraron cerámicas de tipo alfarero, las cuales se encuentran también en los territorios mapuches más australes, con lo que podríamos deducir que, en el territorio promaucae estaba ocurriendo una transición estilística. Antes de la llegada del dominio Inca, los grupos que estaban establecidos entre el Maipo y el Cachapoal, estaban más cerca de adoptar y adaptar determinados patrones cerámicos y estilísticos que los indígenas que se encontraban cerca del Aconcagua, próximas al Maipo. Esto es entendible debido a las relaciones que se establecían entre "mapochoes", "picones" de la ribera norte del Maipo y los promaucaes de la orilla contraria.
Los Picones que se ubicaban a partir de la ribera meridional del Maipo, en su mayor parte, estuvieron situados en el tramo que media entre ese punto y las cercanías del Cachapoal. Por otra parte la arqueología nos sugiere que los centros promaucaes establecidos desde este valle hasta el Maule en la prehistoria presentan características locales, como por ejemplo prácticas mortuorias y estilos cerámicos que no se parecen a las tradiciones culturales y alfareras de los grupos
que habitaban el norte del río Maipo. En el valle del Cachapoal se distingue gente que utilizo pipas, rasgo que las relaciona con las culturas indígenas de más al Sur. Es posible que los aborígenes del Cachapoal hayan preservado sus modos de vida y tradiciones estilísticas hasta la llegada de los Españoles.
En el valle Central existían diferentes étnicas, el Valle de Aconcagua representa el límite norte de una población que poseía una base cultural común, utilizaban la lengua mapudungun. Los cronistas y conquistadores dieron a conocer la existencia de varias provincias en el territorio. Las cuales nombraron con el nombre de sus habitantes, como promaucaes o picones. Habian otros casos que utilizaban el nombre asociado al lugar geográfico: Mapocho, Apalta, Maule o Itata, el que a su vez también podía designar a los habitantes, como mapochoes, apaltas, maules o itatas.
Los Picones Mapochoes fueron conquistados por los Incas y adquirieron sus costumbres, mientras que los promaucaes rechazaron dicha conquista, más tarde no queriendo servir a los españoles produciendo un exodo de promaucaes hacia el sur.
El territorio de Pico estaba situado al norte del Maipo, se hace mención de la existencia de este pueblo a mediados del siglo XVIII. No existe una claridad en al significado, del término picón, podría estar vinculado a la palabra mapuche piku (norte). En mapudungun Pikuküraf significa viento norte, mientras que gente del norte corresponde a pikümche. Pico probablemente sería una corrupción castellana defectuosa de piku. Por otro lado, si bien tradicionalmente a las poblaciones establecidas entre los ríos Aconcagua e Itata, se les ha designado como pikunches, las diferencias culturales existentes entre dichos grupos en el siglo XVI, llevaron a los propios españoles a nombrarlos como indios de Aconcagua, mapochoes o cauquenes, pero nunca los llamaron pikunches. Después de siglos aún se seguía hablando de quillotanos, mapochoes y promaucaes para referirse a las poblaciones indígenas.
Hablar de Promaucaes, Picones o Picunches es muy similar, ya que picunche significa gente del norte, para los mapuches, y si pensamos que desde el Maule pasando por el valle Central hasta el Aconcagua, nos encontramos al lado norte de los Araucanos.
En este basto sector podemos encontrar un numero bastante amplio de culturas indígenas con sus respectivos linajes segmentados. Tenemos los de la costa, los del río Maipo, los que habitaban cerca del Río Mapocho hasta los del Aconcagua, por nombrar algunos. A quienes calificamos con nombres que le dieron los mismos españoles u otras etnias, como los quechuas. Promaucae denominación que dieron los incas a una cultura, al parecer aguerrida que no se sometió a Incas ni Españoles.
Los promaucaes eran belicosos como los mapuches, tenían su misma lengua, aunque también poseían características de los Mapochoes, como vestimenta y religión. Su actuar bélico lo vemos reflejado, al atacar a los Incas en el momento que su imperio comienza a desmoronarse, la misma artimaña utilizan contra los Españoles al verlos debilitados por las derrotas sufridas en Arauco, específicamente en la batalla de Tucapel. Otra característica importante que podemos destacar, es que al comienzo no era una cultura agraria, esta costumbre la fueron adquiriendo y desarrollando a través del tiempo, especialmente desde el contacto con los Incas, si los comparamos con los Mapuches, los hombres de este pueblo no eran labradores, las mujeres eran las que ejecutaban esta actividad.
Si bien los españoles terminaron dominando el territorio Promaucae, gran parte de esta población migro hacia el pueblo mapuche, y si allí fueron aceptados, es porque algún parentesco debió existir entre ambas etnias. Es posible que este haya sido uno de los motivos, por los cuales ayudaron a Lautaro, para realizar la última guerra de los Promaucaes contra los Españoles.//
F. Campos

BIBLIOGRAFIA:
* Rodolfo lenz. Diccionario Etimologico
* Carta de Pedro de Valdivia a Gonzalo Pizarro. Santiago, 20 de Agosto de 1545.
* Jerónimo de Vivar, Capitulo XI que trata de como salió el general Pedro de Valdivia con sesenta hombres para la provincia de los Pormocaes.
* Eduardo Téllez Lúgaro. Magister en Historia con mención en Etnohistoria. Universidad de Chile. "Los Promaucaes"
* Geronimo de Vivar. Capitulo XCIII que trata de la provincia de los Pormocaes y costumbre de los indios, y porque se llamaron Pormocaes.
http://www.educarchile.cl/personas/indigena/gfx/indigenas_chile_central.pdf

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